Sorda abstraída en la nada quedó la oreja de un alma que el espejo reflejaba esta mañana, difusa, blanca y esfumada, con la otra oreja mutándola cerca de un ojo sin lagrima, desesperado y con ganas de observarla. Y del otro que lloraba y aquejaba merodeándola, fatal sin gracia, ni magia. Retraída, hiriente y lánguida. ...
↧